lunes, julio 25, 2005

Técnica para escribir música para payasos

(Por Agustín Flores Muñoz)

No sabia qué estaba haciendo, por qué lo hacía, para qué lo hacía.
Lo único que sentía era curiosidad.
¿Clown? Vamos a ver qué es eso. Bien digo: vamos a” ver”.

La música era para recibir al público que ingresaba a presenciar un espectáculo que yo también “veía” cuando dejaba de tocar. Luego una cosa llevó a la otra y, no recuerdo muy bien por qué, la música acompañó la aparición de un payaso a escena. O por qué un payaso cantaba canciones de amor en vivo.

Yo, personalmente, creo que la música es importante en todos los ámbitos de la vida, pero yo me dedico a esto que me dedico, y eso me hace poco objetivo. Tiempo después empecé a hacer música para payasos y a enseñar a payasos a cantar una melodía. Y empecé a componer una musiquita para una payasa niña y otra para una payasa temperamental y así, nuevamente, sin darme cuenta, me encontré rodeado de payasos que me enseñaban música, que bailaban fuera de la música, que escuchaban una cosa y decían otra, que cantaban gritando y que se emocionaban y, aquí me detengo, veía payasos emocionarse con la música, quizás más que muchos músicos, quizás más que yo mismo.

Ahí descubrí al payaso, en ese preciso momento, y todos los días descubro música nueva.
Desde entonces escribo música para payasos. La técnica es difícil de expresar en hojas pentagramadas, yo digo que hagan como hago yo hoy, primero: escucho al payaso, segundo: descubro el mundo del payaso y, lo más importante: si toco, y lo que suena, suena a payaso tocando, siento que voy bien.

domingo, julio 17, 2005

Noches Payasas.

La música en Noches Payasas

¿Por qué aparte? Porque la música siempre fue un factor fundamental de nuestro espectáculo.
Desde el principio quisimos tener música en vivo. Como en los viejos circos. Y no sabíamos cómo, pero la música tenía que estar ahí. Y, de a poquito, su presencia se hizo cada vez más imprescindible y fundamental. Siempre paralela a nuestra manera de crear los números. Desde allá a lo lejos, en la Puerta Roja, la música fue metiéndose cada vez más adentro del espectáculo.
-Necesito un tema así y asá, más o menos este clima, para tal momento- escuchaban los músicos, a veces una hora antes de la función. Y, de pronto, empezamos a cantar, a armar los números sobre la música, a entendernos cada vez más con ese lenguaje. Y los músicos desarrollaron un instinto musical payaso impecable.
Y, ahora, bajo la dirección de Agustín Peluca Flores Muñoz, Noches Payasas termina siendo un espectáculo claunesco en el que la música tiene un rol fundamental.
Genera, acompaña, sostiene, apoya y propone.
Agustín, Leila y Francisco son parte integrante de la escena papota.

domingo, julio 10, 2005

Breve historia de Noches payasas

Noches Payasas es el espectáculo de clown de Los Papota Payasos Grup.
Nació como una varieté a la gorra, allá por agosto del 2003.
La necesidad de 6 payasos de producir, investigar, estar con el público y generar un espacio de y para payasos y para gente a la que le gustan los payasos, se encontró con el lugar perfecto para ponerla en marcha: la Puerta Roja. Y no omitamos acá la casual coincidencia entre el color de la Puerta y el de las narices claunescas (aunque no todas ellas sean coloradas)
El día, el horario y el estilo del lugar eran los indicados para dar nacimiento a ese proyecto que avanzaba sobre nosotros con la fuerza del caos.
Sábados a la medianoche, un pasillo enorme que albergaba a la gente que venía a vernos y una sala que casi recién empezaba a funcionar. Queríamos un espectáculo que cambiara todos los fines de semana. Que no fuera nunca igual. Queríamos el vértigo de tener que producir y producir y producir, de una semana a la otra. Queríamos que hubiera un espacio para payasos amigos, conocidos y desconocidos, parecidos y diferentes a nosotros, y así fue que Noches Payasas tuvo, desde el principio, un invitado diferente cada fin de semana.
Y todos los sábados, ese pasillo y esa sala se llenaban -a pleno- de gente que, traída por el "boca a boca", venía a ver ese ramillete de numeritos de clown. Gente que se repetía sábado a sábado (el Club Social y Deportivo Papota funcionó a full en la era Puerta Roja), gente que venía una vez cada tanto, gente que venía una sola vez, gente que traía a sus amigos. Gente. Mucha gente.
Noches Payasas empezó a crecer sin que nosotros nos diéramos cuenta. Y la última función de ese año nos soprendió con 200 personas, casi ahogándose de calor, apiñadas dentro y fuera de la sala. Y la imagen se repitió varias veces en nuestras primeras y últimas funciones. Y ¿hace falta decir que nosotros estábamos chochos?
En 2004, sin saber cómo, terminamos en un avión, llevando nuestros petates al Festival Internacional de Clown de Madrid. Pululamos por las calles de Santiago de Compostela en el Festiclown, paseamos nuestras narices en el Festival degli aritisti di Strada en Sora (Italia). También nos dejamos ver por estos pagos, en el Ciclo de Teatro de Pequeño Formato y en el Festival Carcajada.
Y volvimos, con tutti (como siempre), a nuestro bulín de la calle Lavalle.
Y terminamos con un ciclo. Porque pensamos que era hora de que Noches Payasas cambiara. Y cambió.
En 2005 nos mudamos de espacio, de día y de horario. El Callejón nos abrió sus puertas los domingos a las 8 de la noche. Y nos propusimos, esta vez, hacer un espectáculo y repetirlo. Crearlo, mostrarlo y hacerlo unas cuantas veces para que los números crecieran, para que lo viera más gente, para conocer, también, el placer y la dificultad de la repetición. Y, bajo la dirección de Maby Salerno (¡necesitábamos una directora!) este año hicimos 4 espectáculos: el Primero (que, pobrecito, no tuvo nombre propio), Los Chinos, Cuuuul y, ahora, Long Play.
Y, nos costó, pero fuímos dándole forma. La repetición nos permitió jugar un poco más con la "producción" del espectáculo. Y, de a poco, fueron apareciendo (y creciendo) otras partes de la maquinaria papota. Marielita Berenbaum nos vistió cáda vez más lindos, Valeria Alvarez nos regaló objetos preciosos y terminó enmarcándonos en el "teatrito" de nuestros sueños. Y, casi a la postre, apareció Lamberto Arevalo a iluminarnos como dios manda.
Noches empezó a necesitar de muchas manos que lo sostuvieran. Gabita Biebel se convirtió en nuestra perfecta asistente de escena. Rebeca Checa empezó a preocuparse por nuestra Producción Ejecutiva y a ordenar el caos de material papota. Daniela Grana empezó a darnos una mano enorme con todas esas cosas que ya no sabíamos o no podíamos hacer más: programas, mails, y etcéteras.
Y así fue como llegamos a nuestra última producción del 2005, actualmente en cartel (los domingos a las 21.00 hs.): Long Play, incorporando la presencia de Gazpacho, que reemplazó a Neptuno en uno de sus viajes y, cuando Neptuno volvió, se quedó para completar el bouquet.
Todos vestuariados, escenografiados, iluminados y dirigidos, ahora hacemos este espectáculo con el que pensamos cerrar otro ciclo para después devenir en dios sabe qué otra cosa.
Siempre Papotas, siempre Noches, siempre Payasos.